Conmover a la gente: gran satisfacción de Julio Medem
El pasado 23 de noviembre, “Lucía y el sexo” volvió por un instante a la pantalla grande, la cinta que vio la luz en el año 2001, en esta ocasión sirvió de pretexto para recibir a su creador en México; Julio Medem acompañó a un centenar de seguidores de su obra y al termino de la función participó en una ronda de preguntas y respuestas: “hay espectadores a los que mis películas les llegan mucho y eso es mi mayor satisfacción”, comentó.
El cineasta realizador del largometraje “Los amantes del círculo polar” (1998) habló de los motivos que lo impulsan a crear, dijo que a pesar de que sus películas son compradas por distribuidores pequeños, estas viajan más de lo que él lo hace y llegan a muchos países, cuando esto sucede, el realizador recuerda el momento en el que comenzó a escribir la historia y se remonta al tiempo en el que la obra se gestaba en su imaginación.
Julio Medem Lafont, nacido en San Sebastián en el País Vasco, habló del proceso que sigue con cada una de sus cintas a partir de la creación en solitario, explicó que plasmar historias en pantalla y conmover a la gente lo llena de satisfacción: “es un sueño”, subrayó.
Medem aceptó su “tendencia natural a la tragedia” y dijo que la realización de una película “lleva implícito el sufrir”, sin embargo, resaltó que en “Lucía y el sexo” “hay mucha luz” y explicó el motivo: “Lucía” es un regalo para “Ana” de “Los amantes del círculo polar” tras su desafortunado desenlace, “intenté rescatar a ese personaje y crearle una historia simétricamente opuesta”, declaró.
“Lucía y el sexo”, en palabras de Julio Medem, es una historia de amor que se genera a partir de un juego sexual, situación plasmada en la pantalla y que previo al estreno de la cinta en el 2001, despertó el temor a la censura: “es cierto que estábamos asomándonos a un sitio que no estaba muy transitado y teníamos miedo de que esa pasión pudiera echarse contra nosotros… luego resultó que en Estados Unidos, quitando dos planos, los penes, se estrenó y le fue muy bien”, ha sido vendida en más de ochenta países, destacó el cineasta.
El hilo conductor en la obra del cineasta son “sus restos”, el realizador se expresó de sí mismo como de una persona distinta a la que produjo “Vacas” – primer largometraje de Medem lanzado en 1992 – y compartió con los asistentes: “la experiencia de una película es tan intensa, me lleva tantísimo de mi vida y me deja tanto dentro que cuando la acabo, mi sensación es que me he quedado con un buen agujero, un cierto vacío que tengo que llenar trabajando otra película… es un proceso que hago cuando me intento alejar de mí”. “Poco a poco me voy dejando atrás, esa es mi sensación”.
Julio Medem ahondó en su proceso creativo y explicó que como guionista es importante partir de la fascinación y de la sugestión, de esta forma idealiza sus historias y se idealiza a sí mismo, “intento, que en el momento de empezar a escribir una historia, tiene que tener una serie de elementos: un tono, una atmósfera… tiene que haber ya algo, que todavía yo no sea capaz de calcular hasta dónde me va a llevar ni qué contiene, pero que de alguna manera me está seduciendo, me está diciendo entra y descíframe”.
Para finalizar el cineasta habló de su relación con los personajes femeninos y destacó que después de “Ana”, con quien estableció un vínculo introspectivo, estuvo listo para definir el papel que posteriormente encarnaría la actriz Paz Vega, “me sentí muy feliz de haber podido platicar con ella y descubrir a “Lucía” dentro de mí”.
